Antiguo vicepresidente comité montar chiringuito selva.
Energía nuclear causa mutación animales mucho yuyu.
Enviar detective más capacitado.
Enviar Dan Marino caso detective bueno muerto u ocupado.
- El Gobierno.
La anciana, tras transcribir el telegrama, sacó el papel de la impresora, se acercó a Dan y lo dejó sobre su mesa acompañado de un manotazo.
Dan dormía profundamente sobre su escritorio, pero el sonido de aquel impacto tan cerca de su cara rompió su liturgia. Tenía las cuencas de los ojos coloradas y la boca pastosa. Erráticamente, cogió el papel y leyó aquel extraño mensaje.
- ¿Esto que es? ¿Neolengua? - fue lo primero que dijo el detective.
La señora señaló la salida con el dedo.
- ¿Y el desayuno? ¿No habían traído magdalenas? - Preguntó Dan.
La señora echó una mirada a su escritorio, sobre el había un palo de madera con algunas astillas salidas. Dan Marino pilló la indirecta.
- Vale, vale. Ya lo pillo. - Pronunció entre dientes mientras se ponía la chaqueta y se disponía a salir de aquel sótano a más de 100 metros bajo el alcantarillado de Ciudad Capital.
Una vez en la superficie, un manto blanco de luz y un muro de estruendoso ruido de tráfico eran lo único que podía percibir. Tuvo que quedarse parado en el sitio unos minutos hasta que sus sentidos empezaron a adaptarse. Ciudad Capital estaba especialmente agitada aquella mañana, como si hubiera coincidido que todo el mundo tuviera que renovarse el carnet, pero eso no preocupó a Dan Marino, que todavía seguía intentando descifrar el mensaje que le habían mandado.
Una vez en su piso, se abrió una cerveza y se puso a ver la tele, a ver si así se le ocurría algo. Dan paso cadena tras cadena hasta quedarse en un documental sobre gorilas, simplemente para tener algo de fondo mientras pensaba. Mientras se mesaba los pelos de la barbilla, pronunciaba para si mismo las mismas palabras una y otra vez....
- Mutación animales, Nigeria, comprar pan...
De pronto, algo muy ruidoso y muy caótico empezó a ocurrir. Un coche entró por el balcón de Dan Marino y quedó aparcado delante de su televisor, con los destrozos que esto traía para buena parte del mobiliario del piso. Era un coche caro, de los que se les abren las puertas hacia arriba. De este salió un joven algo aturdido con pinta de repartidor. Dan Marino se levantó del sofá iracundo.
- Pero oiga, ¿Qué formas son esas de aparcar?
- ¿Dan Marino? - dijo el muchacho - Soy tu compañero para esta misión. Sube al coche. Te daré los detalles por el camino, pero ahora no hay tiempo que perder.
- Vaya, eres muy convincente. Salta a la vista que trabajamos en el mismo bando.
- Sube ya coño, ¿no ves que no puedo estar mucho tiempo estacionado aquí? Que esto es zona azul y el coche no es mío.
- Naturalmente. Por cierto, te habrá sido difícil aparcar ya que vivo en un doceavo.
- Este carro tiene unos cuantos secretitos.
Una vez dentro del coche, el muchacho encendió el motor y aquella máquina empezó a propulsarse. Dan Marino y su eventual compañero salieron de allí volando.
- Me encanta este trabajo - dijo Dan.
Continuara....
No hay comentarios:
Publicar un comentario